Resumen
Recientemente, Palmiero y colaboradors [1] informaron de los resultados de un estudio destinado a evaluar la prevalencia del síndrome metabólico (SMET), diagnosticado según las directrices vigentes, en mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama, y determinar su rol como factor de riesgo independiente. Para ello, se inscribieron 755 mujeres postmenopáusicas (de 48 a 67 años) remitidas para evaluación cardíaca debido a su cáncer de mama confirmado histológicamente. Los autores recopilaron datos demográficos como edad, altura, peso, índice de masa corporal (IMC), duración de los síntomas, antecedentes personales detallados de enfermedades metabólicas y cardiovasculares, antecedentes familiares de enfermedades metabólicas y neoplásicas. Todas las mujeres fueron sometidas a evaluación electrocardiográfica y ecocardiográfica. También se inscribió un grupo de control de 750 mujeres sin cáncer de mama (48 y 67 años). Se utilizaron los criterios de ATP-III para definir a aquellas con SMET. La tasa de SMET y miocardiopatía metabólica fue significativamente mayor entre las mujeres afectadas por cáncer de mama en comparación con los controles (10.1% frente a 5.4%; y 5.8% frente a 1.8%, ambos p <0.05). Los autores concluyen que hubo una asociación significativa entre el SMET y el cáncer de mama, lo que agrega evidencia a esta controvertida relación; que fue aún más estricto cuando se restringió a mujeres afectadas por miocardiopatía metabólica. Dado que la prevalencia del SMET y el cáncer de mama está aumentando en todo el mundo, existe la necesidad de una intervención como la mejora de la actividad física y la reducción de peso.
Comentario
El diagnóstico temprano del cáncer de mama es difícil de lograr, por lo que es extremadamente importante evaluar los factores de riesgo. Numerosos estudios confirman la asociación del SMET con el cáncer de mama debido a varios mecanismos, probablemente esto se pueda saber desde 2012 cuando Esposito y colaboradores [2] publicaron una revisión sistemática y meta-análisis sobre el SMET y un mayor riesgo de cáncer, pero como un limitación hubo falta de significación estadística. Más tarde en 2016, Dibaba y colaboradores [3] encontraron en su estudio que el SMET se asoció con un 73% más de riesgo de mortalidad por cáncer de mama (HR 1.73; IC 95%: 1.09-2.75), que fue en general más significativo en mujeres postmenopáusicas (HR 2.07; IC 95%: 1.32-3,25).
A lo largo de la transición menopáusica, se sabe que las mujeres tienen una tendencia al aumento de peso, especialmente alrededor de la cintura. La grasa abdominal es una fuente importante de andrógenos / estrógenos que pueden estimular las células del epitelio mamario y el factor de crecimiento de la insulina; estos están implicados en el estrés oxidativo relacionado con la carcinogénesis. Las adipoquinas secretadas por los adipocitos viscerales, los ácidos grasos libres y la actividad aromatasa contribuyen a este proceso, como lo mencionan Key y colaboradores [4]. Los resultados del presente estudio que se está comentando son interesantes porque se encontró que la tasa de SMET y miocardiopatía metabólica fue significativamente mayor entre las mujeres afectadas de cáncer de mama en comparación con los controles, lo que se suma a la evidencia de la literatura de esta controvertida relación. Es importante para todas las mujeres con o sin antecedentes familiares de cáncer de mama prevenir el desarrollo del SMET y aumentar la actividad física. Las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama sufren angustia emocional que afecta el funcionamiento del sistema inmunológico como lo describen otros autores [5,6]. La actividad física mejora la calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama. Algunos estudios recomiendan 3 meses de actividad física; sin embargo, Zemlin y colaboradores [7] han sugerido un período de 12 meses de actividad física. Pilates es otra actividad útil que pueden realizar las pacientes con cáncer de mama para mejorar su calidad de vida [8].
En conclusión, como lo mencionaron los autores, hubo una asociación significativa entre el SMET y el cáncer de mama. Dado que la prevalencia del SMET y el cáncer de mama está aumentando en todo el mundo, existe la necesidad de una intervención con medidas costo-efectivas como la reducción de peso y el aumento de la actividad física.
Danny Salazar-Pousada, MD
Instituto de Investigación e Innovación en Salud Integral
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador
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