Resumen
Cipriani et al. [1] publicó los resultados de un análisis observacional – retrospectivo que tuvo como objetivo explorar los efectos del tratamiento con testosterona sobre los parámetros de ultrasonido Doppler color (CDU) del clítoris en mujeres pre y posmenopáusicas con disfunción sexual (n = 81) después de 6 meses. Para ello, los autores analizaron cuatro grupos de mujeres: las que habían recibido testosterona transdérmica sola al 2% (n=23, T), combinada con estrógenos vaginales (n=9, T+E), estrógenos vaginales locales (n=12, E), o humectantes vaginales (n=37, HV). Las mujeres se sometieron a exámenes físicos, de laboratorio y genitales CDU en ambas visitas (al inicio y después de 6 meses) y completaron diferentes cuestionarios validados, incluido el Índice de Función Sexual Femenino (FSFI). El principal hallazgo fue un aumento significativo en el flujo sanguíneo de la arteria del clítoris. Después de seis meses, la terapia T aumentó significativamente la velocidad sistólica máxima (PSV) de la arteria del clítoris en comparación con los grupos HV y E. Además, el tratamiento T se relacionó con puntajes FSFI significativamente más altos (total y deseo, dolor, excitación, lubricación, dominio del orgasmo) a los 6 meses, en comparación con la línea de base. Se observaron hallazgos similares en el grupo T + E. No se encontraron diferencias significativas en las variaciones de los niveles de colesterol total y de lipoproteínas de alta densidad, triglicéridos, glucemia en ayunas, insulina y hemoglobina glicosilada entre los cuatro grupos y no se observaron eventos adversos. Los autores concluyeron que en mujeres con disfunción sexual, la administración sistémica de T, ya sea sola o combinada con estrógenos vaginales, se asoció con un efecto positivo sobre el flujo sanguíneo del clítoris y mejoría clínica de la función sexual, mostrando un buen perfil de seguridad.
Comentario
La testosterona transdérmica está indicada para el manejo del trastorno del deseo sexual hipoactivo en mujeres posmenopáusicas [2]. A nivel fisiológico, la testosterona parece activar áreas del cerebro en el sistema límbico que involucran el deseo y la excitación femenina [3].
Así como en los hombres, la terapia de reemplazo hormonal con testosterona ha demostrado beneficios en la respuesta eréctil, activando el sistema nervioso central y periférico a través de mecanismos de vasodilatación peneana [4]. En las mujeres parece tener un efecto similar, ya que la vasodilatación del clítoris es fundamental para la excitación [5]. Los andrógenos disminuyen de forma progresiva durante los años reproductivos de las mujeres alcanzando las menores concentraciones aproximadamente a los 60 años [3]. La respuesta periférica a los andrógenos está facilitada por una mayor densidad de receptores en los genitales externos [6], obteniendo como respuesta un incremento en la expresión de los genes de sus receptores, vasodilatación local, mucificación del epitelio y por consiguiente una mayor lubricación vaginal, flujo sanguíneo en el clítoris, vulva, labios, vagina y proliferación de células epiteliales vaginales. De igual forma, modulan las señales adrenérgicas y del óxido nítrico [2,7].
El aumento significativo del FSFI y el índice de pulsatilidad de la arteria del clítoris, con la administración de testosterona sola y combinada con estrógenos vaginales en este estudio, es consecuente con la evidencia actual [2]. Este es el primer estudio piloto sobre el efecto de la testosterona en los parámetros hemodinámicos del clítoris, demostrando un beneficio periférico, lo cual abre el campo de investigación a posibles tratamientos locales o sistémicos con testosterona para mejorar la respuesta excitatoria local, en mujeres con disfunción sexual y síntomas asociados.
Estos datos pueden ser alentadores en el avance del conocimiento sobre las acciones de la testosterona tanto en el sistema nervioso central como en el clítoris aportando así más evidencias que impacten en la sexualidad femenina.
Camilo Rueda-Beltz, MD
Universidad de la Sabana, Chía, Colombia
Clínica del Country-La Colina
Bogotá, Colombia
Isabella Dávila-Neri, MD
Universidad de la Sabana, Clínica Universidad de La Sabana
Chía, Colombia
|