Resumen
Recientemente, Ruan y colaboradores [1] publicaron los resultados de un estudio que tenía como objetivo investigar el síndrome genitourinario de la menopausia (SGM) en una gran cohorte de mujeres chinas peri y postmenopáusicas. Analizaron la dependencia de la edad y el estado menopáusico y las posibles diferencias entre las mujeres histerectomizadas y no histerectomizadas. Para ello evaluaron durante 2 años, a través de cuestionarios validados, a todas las mujeres elegibles que asistieron a la “Clínica de la Menopausia” provenientes de 31 provincias chinas. Los investigadores utilizaron análisis de regresión logística simple e incondicional, ajustando por todas las co-variables. Participaron un total de 4,063 mujeres con una edad media de 50.5 años, de las cuales 2,107 eran perimenopáusicas y 1,956 postmenopáusicas. Casi todos los síntomas del GSM fueron más frecuentes y graves en mujeres postmenopáusicas. El SGM fue más frecuente en mujeres histerectomizadas en comparación con las no histerectomizadas. Independientemente del estado de la menopausia, el bajo interés sexual (92.78%), la incontinencia urinaria (91.65%) y la sequedad vaginal (91.60%) fueron los tres síntomas principales del SGM. Los más severos fueron el bajo interés sexual (21.01%), dolor vaginal (20.10%) y disminución del placer sexual (17.13%). La prevalencia y la severidad del SGM no se relacionaron con la edad, sino con el estado de la menopausia y aumentaron con el tiempo transcurrido desde el inicio de la menopausia. Los autores enfatizan que en 2 años, más de 4,000 mujeres con SGM viajaron desde toda China a su clínica especializada, lo que indica la gran importancia del SGM, y concluyen que la histerectomía puede aumentar el riesgo de SGM y que los síntomas del SGM aumentan de la perimenopausia a la postmenopausia y con un aumento desde el tiempo que ocurre la menopausia, lo que apunta a la dependencia de la pérdida de la función ovárica.
Comentario
En 2014, el término síndrome genitourinario de la menopausia (SGM) fue introducido por la Sociedad Internacional para el Estudio de la Salud Sexual de la Mujer y la Sociedad Norteamericana de Menopausia [2]; que comprende síntomas genitales, sexuales y urinarios [3]. Los síntomas de presentación más comunes son sequedad vulvovaginal, ardor o irritación, dolor sexual (debido a una lubricación inadecuada) y urgencia urinaria, disuria o infecciones recurrentes del tracto urinario [2]. El SGM es una afección crónica que generalmente comienza durante la transición a la menopausia y progresa en prevalencia y severidad a medida que las mujeres entran en la etapa de la postmenopausia y con el tiempo después del inicio de la menopausia. Es poco probable que el síndrome mejore sin tratamiento [4]. Se ha informado de prevalencia del síndrome en hasta el 50% de las mujeres de países occidentales; sin embargo, esta tasa puede variar en relación a muchos factores como la edad, estado menopáusico, tipo de menopausia, etnia, aspectos culturales, entre los más importantes [5]. A pesar de ello, cabe mencionar que el síndrome de hecho está sub-diagnosticado por la falta de criterios definitorios y por vergüenza personal y razones culturales. Teniendo esto en cuenta, los autores compararon la prevalencia y la severidad del SGM en mujeres chinas mediante un cuestionario validado en una gran cohorte, comparando mujeres peri y postmenopáusicas y determinando la relación del síndrome con la edad y el tiempo desde el inicio de la menopausia. Se utilizó un cuestionario electrónico validado para evaluar la prevalencia y severidad del SGM, calificando una lista de síntomas (desde ninguno, leve, moderado y severo) que componen el síndrome. Según el estudio, más del 80% de las mujeres presentaban al menos uno de los síntomas del SGM, encontrando una tasa más alta entre las postmenopáusicas en comparación con las perimenopáusicas. Los tres síntomas más severos para las mujeres perimenopáusicas fueron el bajo interés sexual, el dolor vaginal y la disminución del placer sexual; mientras que para las mujeres postmenopáusicas estos eran dolor vaginal, escaso interés sexual y escaso placer sexual. Era más probable que el SGM estuviera presente en mujeres histerectomizadas en comparación con las no histerectomizadas, y la prevalencia y la severidad del SGM no estaban relacionadas con la edad, el estado de la menopausia y el tiempo desde el inicio de la menopausia.
Se sabe que los receptores de estrógenos son abundantes en el tracto urogenital femenino, lo que explica por qué las mujeres postmenopáusicas, que tienen niveles más bajos de estrógenos, presentan síntomas más severos del SGM en comparación con las mujeres perimenopáusicas. Curiosamente, los síntomas de SGM son más prevalentes en la población china en comparación con los vasomotores, situación que ha sido descrita previamente por los mismos investigadores [6]. El hallazgo de una menor prevalencia de síntomas vasomotores entre las mujeres asiáticas se ha descrito previamente y se ha relacionado con aspectos dietéticos y culturales.
Aunque los autores declaran las limitaciones de su estudio, como el sesgo de selección relacionado con el hecho de que más mujeres con SGM y aquellas con síntomas más severos acudieron a su clínica especializada, y también que los resultados se basan en datos de referencia de un estudio de cohorte prospectivo, yo personalmente creo que existe otra limitación potencial que es la falta de definir específicamente el SGM, solo hay una mención de la prevalencia y severidad de los síntomas que comprende el SGM. En este sentido, es necesario encontrar un criterio de consenso para la definición del síndrome basado no solo en el cribado de los síntomas, sino también en combinación con los hallazgos a la exploración física. A pesar de esto, estoy de acuerdo en que este es, a mi leal saber y entender, el estudio de cohorte prospectivo más grande sobre el SGM entre mujeres chinas de mediana edad, y que la encuesta proporciona información significativa sobre la prevalencia, la severidad y las diferencias entre los diversos síntomas del SGM en esta población de mediana edad, que puede ayudar a sensibilizar a los médicos sobre el diagnóstico y tratamiento del SGM. De hecho, es necesario realizar más investigaciones sobre el SGM, que definitivamente tiene un impacto negativo en la calidad de vida de las mujeres que atraviesan la transición menopáusica.
Peter Chedraui, MD, PhD
Instituto de Investigación e Innovación en Salud Integral
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador |